Estamos en verano. Y con el verano, llega el calor, la playa, la toalla, la piscina,… Es tiempo de disfrutar del sol pero hay que hacerlo con precaución. Por eso, en Farmacia Aguilar no queremos que olvides un producto básico en estos meses de sol y playa: la crema solar.
Hay tantas posibilidades que hemos decidido reunir en este post todos los detalles para dar en el clavo a la hora de elegir el protector solar con el factor de protección (FPS) que más se adapte a ti.
¿Qué es el FPS que aparece en los envases de protector solar?
FPS significa “factor de protección solar”. Indica los minutos que el protector te va a proteger del sol antes de empezar a quemarte.
Por ejemplo, imagina que tienes una piel morena y tardas 20 minutos en quemarte sin ponerte ningún protector solar. En esta situación, si eliges una protección con factor 50, los 20 minutos que tu piel tarda en quemarse se multiplicarían por 50. Quiere decir que el protector solar con FPS 50 aumenta 50 veces el tiempo que puedes permanecer al sol, por lo que en lugar de estar 20 minutos podrías estar (teóricamente hablando) 1000 minutos sin quemarte.
¿Por qué nos seguimos quemando aunque nos pongamos protector solar?
Como decíamos anteriormente, una protección 50 aumentaría 50 veces el tiempo en el que la piel estaría protegida, quiere decir que los 20 minutos sin quemarte se transformarían entonces en 1000 minutos, unas 16 horas.
Esto no quiere decir que, por mucho índice de protección que utilices, puedas estar al sol durante 16 horas seguidas (suponiendo que no se hiciera de noche claro y tuviésemos sol ininterrumpidamente) sin volver a utilizar la crema. Aunque la teoría diga que sí, hay muchos factores que disminuyen la eficacia del protector solar y hacen que tengamos que reaplicar el producto al menos cada 2 horas:
- Cuando no utilizamos la cantidad de crema suficiente.
- El tiempo de exposición al sol: cuanto más tiempo estemos al sol recuerda que necesitas un factor de protección más elevado.
- Cuando te bañas en el mar o en la piscina así como el sudor, pueden arrastrar la cantidad de crema aplicada y disminuir su efecto, por lo que convendría aplicarlo más a menudo.
- La reverberación solar, es decir, cuando los rayos de sol reflejan sobre la nieve o el agua favorece que nos quememos mucho más rápido. Si se acude a la nieve se necesita un mínimo de SPF 30 porque cada 1.000 metros de altura aumenta un 15% el efecto dañino de los rayos del sol. Si a eso le añadimos el efecto que produce la nieve (funciona como un espejo, reflejando el 80% de los rayos ultravioleta) entendemos por qué hay que tener especial cuidado y debemos aplicarnos el fotoprotector más a menudo.
- El fototipo de la piel, pues las pieles más oscuras necesitan factores de protección mas bajos como 20 o 30, mientras que las pieles claras, sensibles o la de los niños deben utilizar factores más elevados, como un índice de protección 50, reaplicándolo más a menudo en el caso de los más pequeños.
- Tipo de piel (seca, grasa, mixta, con problemas específicos)
- Tipo de aplicación que se va dar: spray, leche, crema, gel… Especial cuidado con los sprays, ya que debemos asegurarnos que se ha extendido completamente por toda la piel sin dejarnos zonas no protegidas.
Recuerda, el fotoprotector solar debemos aplicarlo en la medida de lo posible cada 2 horas.
Lo más importante es elegir el fotoprotector más adecuado para que tu piel esté protegida.
Desde Farmacia Aguilar te invitamos a que pongas en práctica los consejos que te hemos dado y que nos preguntes las dudas que te hayan podido surgir, estaremos encantad@s de ayudarte.